LA PELOTA DE RUGBY
Muchos se preguntarán por esa curiosa forma ovoide de la pelota de rugby. Y es aquí donde puede vincularse naturaleza y cultura gracias a un zapatero remendón llamado William Gilbert que fue uno de los primeros en fabricar pelotas con cierta habilidad, las que fueron muy apreciadas por los aficionados.
La soule (vejiga de cerdo) utilizada por los normandos dio nacimiento al hurling to Gales, al hurling over country y al camp ball. Los galeses, jugaban al knappan tan bien detallado por Owen en 1603. Lo cierto es que en la antigüedad existieron juegos de pelota que pudieran considerarse como los ancestros del rugby.
A mediados del siglo XIX la pelota de rugby no era más que una vejiga de cerdo recubierta de cuero. Como la vejiga no era bien redonda, el balón tenía forma de huevo. Su cierre se hizo hermético para contener el aire en el interior. Esta precaria pelota era inflada a pulmón, se utilizaba tanto para el rugby como para el fútbol. El sistema de fabricación no era nuevo: debía existir desde casi doscientos años antes, puesto que Shakespeare hablaba ya de una pelota "cased in leather".
Luego del descubrimiento del caucho natural, en 1860, hubo que esperar una década hasta que se inventó la cámara de caucho que sustituyó a la vejiga de chancho. Fue entonces cuando Richard Lindon, un artesano de Rugby (Inglaterra) experimentó con una pelota de cuero dividida en gajos. Cosida a mano. Que encerraba en su interior esa cámara de caucho cuyo envoltorio se ligaba con tiento. William Gilbert (1799-1877) fue un zapatero remendón, proveedor oficial de la Escuela de Rugby. Vivía muy próximo a la famosa public school donde atendía una pequeña tienda en el número 5 de la calle St. Mattew de Rugby en Inglaterra. Fue el primero en fabricar pelotas con cierta habilidad las que fueron bien consideradas por los aficionados.
Gilbert recorría las casas de campo buscando los cueros de animales más apropiados para manufacturar las envolturas. Cortaba el cuero en cuatro piezas, las cosía y luego las dejaba secar. Así se fabricaba la envoltura en la que se introducía una vejiga de cerdo (eso le permitía adquirir la original forma ovoide) y luego se le insuflaba el aire soplando "a pulmón" a través de una boquilla de pipa. Para finalizar, se cerraba el orificio de la envoltura con un cordón de tiento dando lugar a un balón no del todo redondo ni del todo puntiagudo que hacían suponer que no había encontrado su forma definitiva.
He aquí una posible respuesta que contesta a la pregunta sobre la forma de la pelota de rugby, un verdadero vínculo entre naturaleza y cultura.
En 1860, cuando el químico británico Charles Hanson Greville Williams descubrió que el caucho natural era un polímero del monómero isopreno y hacia 1870, el mundo de los porcinos reveló un gruñido de alivio cuando el caucho reemplazó a la vejiga. Para esa misma época Richard Lindon, otro artesano de Rugby, había fabricado la primer cámara de caucho inflable que se utilizó en una pelota de rugby. En un primer momento estas pelotas se revelaron menos resistente que las Gilbert, pero entonces la invención de Lindon fue mejorada por la firma Mac Intosh & Co, con gran suceso.
En 1871 con la formación de la Rugby Football Union, siguiendo el ejemplo del football association que lo había hecho en 1863, comienzan a codificarse las reglas de juego por lo que algunos dirigentes tratan de normalizar la forma y las dimensiones de la pelota.
Por oposición, los jugadores del football association utilizaban la misma pelota pero más redondeada, casi una esfera perfecta, para que rodara mejor.
Con el paso del tiempo comenzaron a diferenciarse aún más los balones, acentuando la forma oval para el rugby-football y la redondez cada vez más perfecta para la pelota utilizada por los equipos de football-association.
En el primer match internacional con balón oval se disputó entre Escocia e Inglaterra, el 27 de marzo de 1871 en el campo de la Academia de Edimburgo (Reaburn Place), Escocia ganó por un gol y un try contra un try de Inglaterra, jugándose en dos tiempos de cincuenta minutos y cada conjunto alistó a 20 jugadores.
GILBERT, la empresa que dio su nombre a la pelota Gilbert Match
Con el paso del tiempo la familia Gilbert quedó asociada a la fabricación de pelotas de rugby. Al fallecer William en 1877, la empresa familiar fue continuada por su sobrino James (1831-1906). James Gilbert era muy querido por los antiguos rugbiers y muy reconocido por su sorprendente capacidad pulmonar para inflar las pelotas utilizadas en los partidos más importantes.
La empresa familiar floreció a tal punto que en 1851, decidieron exhibir sus productos en la Gran Exposición de la Industria que se realizó en Londres ese año. Allí presentarom la pelota "Match" y su constructor recibió una medalla de plata por este artículo expuesto.
Una pelota como la "Match", es conservada aun en el Museo Gilbert por los descendientes de William. Era un balón más grande y menos oval que los actuales. Los alumnos del colegio de Rugby lo aceptaron entusiasmados y por muchos años fue la pelota elegida.
Sucesivas modificaciones acentuaron la forma oval del balón lo que le permitió mejorar las técnicas de traslado manual y patada a los postes.
En 1906, a la muerte de James, su hijo James John (1856-1917) tomó a su cargo la empresa y con un conocimiento intuitivo del juego continuó apoyando a los aficionados al juego del rugby a través de la manufactura de los clásicos balones.
Gilbert es la fábrica más antigua de pelotas de rugby. Los artículos que James III coleccionó a través del tiempo forman la base del museo establecido en 1987 por Rodney Webb (Managing Director de la empresa). Cuando Rodney se hizo cargo de la empresa en 1983, comenzó introduciendo las pelotas Barbarian que pronto se adoptaron internacionalmente. Desde entonces los balones Gilbert han sido utilizados por casi todas las naciones donde se juega rugby y, especialmente, se adoptaron en las RWC de 1995 y 1999.
El James Gilbert Rugby Football Museum está en la ciudad de nacimiento del rugby. En 1842 William Gilbert se mudó al actual edificio donde hoy está en pie el museo. Allí se han reunido una gran colección de recuerdos del rugby mundial.
Cuando uno visita el Museo Gilbert puede maravillarse con más de 4000 artículos que contienen testimonios del juego que tuvo a las creaciones de Gilbert como testigos de partidos memorables.
La moderna pelota Gilbert
Finalmente, al fallecer James John, se hizo presente la cuarta generación Gilbert involucrada en el negocio. Un nuevo James, el tercero, se sumó a la compañía. Este James estaba sirviendo en el ejército en Francia cuando murió su padre en 1917. Luego de la Primera Guerra Mundial, James III volvió para colocarse al frente de la empresa siendo muy meticuloso en todo lo que hacía. Llevaba prolijamente las cuentas y se encargaba que cada pelota Gilbert mantuviera su crédito y excelencia. Se encargó mantener la marca Gilbert a la vanguardia del juego y realizó un gran esfuerzo para ampliar el área comercial al exportar sus productos a Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia. Personalmente verificaba y sellaba cada una de las pelotas Match para asegurarse que fueran de la más alta calidad.
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2 comentarios:
Y los creditos y las fuentes te las pasaste por la ****
Eso no es de caballero, menos de rugbier.
todo lo escrito es informacion, pero si algo lo escribio tu padre te pido disculpas, si la falta de educacion es sinonimo de rugbier o caballero, tu ni lo uno ni lo otro, en el anonimato solo escriben los cobardes.
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